Infancia y Adolescencia

«En el mundo actual todas las ideas de felicidad acaban en una tienda.»       Zygmunt Bauman

Infancia (de los 3 a 12 años aproximadamente).  Las características propias de estas edades conlleva plantear objetivos en los cuales la familia y el juego con uso terapéutico tengan un papel predominante. Para la evaluación, diagnóstico e intervención se tendrá en cuenta las características particulares e identidad del menor así como su contexto más cercano a nivel familiar, escolar y social.

El motivo de consulta en estos casos es variado y destaca la problemática emocional y de comportamiento: trastornos por angustia de separación, fobias (escolares o específicas), evitación, retraimiento, aislamiento, integración entre iguales y familia, ansiedad, trastornos del ánimo como la depresión infantil, control de esfínteres como eneuresis (incontinencia urinaria) y encopresis (incontinencia anal), trastornos adaptativos (como entorno escolar), trastorno negativista desafiante (TND), agresividad (rabietas), rebeldía o terrores nocturnos entre otros. Problemas escolares y relacionados con el aprendizaje: trastorno del déficit de atención con o sin hiperactividad es de los más habituales.

Adolescencia. Es una etapa de transición y adaptación de la infancia a la edad adulta en ocasiones problemática. No siempre es vivida de modo traumático y como periodo de crisis por cada adolescente aunque es conveniente por parte de la familia y en su caso por profesionales prestar especial atención, apoyo y cuidado.

A partir de 12 años con la pre-adolescencia, ya podemos encontrar algún problema relacionado con la imagen corporal, conductas alimentaria, conductas de rebeldía y antisociales que repercuten en el rendimiento académico, aceptación o integración en grupo similar.

Dentro de la problemática emocional y del comportamiento podemos encontrar trastornos del ánimo y depresivos, trastornos de conducta alimentaria (anorexia y bulimia), aislamiento, agresividad y rebeldía en diferentes ámbitos (familiar, escolar y social), ansiedad respecto a su identidad, orientación sexual o la propia imagen o problemática por abuso de sustancias (alcohol y otras drogas).

Problemas escolares y relacionados con el aprendizaje, trastorno de déficit de atención, que se puede dar con o sin hiperactividad (TDAH). Si se manifiesta acoso escolar o bullying es conveniente abordarlo y tratarlo oportunamente.

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